Aunque los monitores 4K son cada vez más asequibles, si quieres disfrutar de un rendimiento de juego fluido en 4K, necesitarás un equipo con CPU/GPU de gama alta y costoso para aprovecharlo al máximo.
Necesitarás al menos una RTX 3060 o 6600 XT para obtener una velocidad de fotogramas razonable en 4K, y eso con muchas configuraciones reducidas.
Para disfrutar de ajustes gráficos altos y una alta velocidad de fotogramas en 4K en los títulos más recientes, necesitarás invertir al menos en una RTX 3080 o 6800 XT.
Combinar tu tarjeta gráfica AMD o NVIDIA con un monitor FreeSync o G-SYNC respectivamente también puede mejorar significativamente el rendimiento.
Una ventaja es que la imagen es increíblemente nítida, por lo que no necesitarás usar suavizado de bordes para eliminar el efecto de escalera, como ocurre con las resoluciones más bajas. Esto también te permitirá ahorrar algunos fotogramas por segundo en videojuegos.
En esencia, jugar en 4K implica sacrificar fluidez en el juego a cambio de una mejor calidad de imagen, al menos por ahora. Por lo tanto, si juegas a títulos competitivos, te conviene más un monitor para juegos de 1080p o 1440p a 144 Hz, pero si prefieres mejores gráficos, 4K es la mejor opción.
Para ver contenido 4K normal a 60 Hz, necesitará tener un conector HDMI 2.0, un USB-C (con modo alternativo DP 1.2) o un DisplayPort 1.2 en su tarjeta gráfica.
Fecha de publicación: 27 de julio de 2022
 
 				