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¿Por qué usar monitores de 144 Hz o 165 Hz?

¿Qué es la frecuencia de actualización?

Lo primero que debemos aclarar es: ¿Qué es exactamente la frecuencia de actualización? Afortunadamente, no es muy complejo. La frecuencia de actualización es simplemente la cantidad de veces que una pantalla actualiza la imagen que muestra por segundo. Puedes entenderlo comparándolo con la frecuencia de fotogramas en películas o videojuegos. Si una película se filma a 24 fotogramas por segundo (como es el estándar cinematográfico), entonces el contenido original solo muestra 24 imágenes diferentes por segundo. De manera similar, una pantalla con una frecuencia de actualización de 60 Hz muestra 60 "fotogramas" por segundo. En realidad no son fotogramas, porque la pantalla se actualiza 60 veces por segundo aunque no cambie ni un solo píxel, y la pantalla solo muestra la fuente que recibe. Sin embargo, la analogía sigue siendo una forma sencilla de comprender el concepto básico de la frecuencia de actualización. Por lo tanto, una mayor frecuencia de actualización significa la capacidad de manejar una mayor frecuencia de fotogramas. Recuerda que la pantalla solo muestra la fuente que recibe y, por lo tanto, una mayor frecuencia de actualización puede no mejorar tu experiencia si tu frecuencia de actualización ya es superior a la frecuencia de fotogramas de tu fuente.

¿Por qué es importante?

Al conectar el monitor a una GPU (Unidad de Procesamiento Gráfico/Tarjeta Gráfica), el monitor mostrará lo que la GPU le envíe, a la velocidad de fotogramas que esta proporcione, siempre que sea igual o inferior a la velocidad de fotogramas máxima del monitor. Una mayor velocidad de fotogramas permite que el movimiento se reproduzca con mayor fluidez en la pantalla (Fig. 1), reduciendo el desenfoque de movimiento. Esto es fundamental al ver vídeos o jugar a juegos con mucha acción.

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Frecuencia de actualización y juegos

Todos los videojuegos se renderizan mediante hardware informático, independientemente de su plataforma o gráficos. Generalmente (sobre todo en PC), los fotogramas se generan tan rápido como sea posible, ya que esto suele traducirse en una experiencia de juego más fluida y agradable. Habrá menos retardo entre cada fotograma y, por lo tanto, menor latencia de entrada.

Un problema que puede ocurrir a veces es cuando los fotogramas se renderizan más rápido que la frecuencia de actualización de la pantalla. Si tienes una pantalla de 60 Hz y la usas para jugar a un juego que renderiza 75 fotogramas por segundo, puedes experimentar un fenómeno llamado «desgarro de pantalla». Esto sucede porque la pantalla, que recibe información de la GPU a intervalos regulares, tiende a captar la señal del hardware entre fotogramas. El resultado es el desgarro de pantalla y un movimiento entrecortado y desigual. Muchos juegos permiten limitar la frecuencia de fotogramas, pero esto significa que no estás aprovechando todo el potencial de tu PC. ¿Para qué gastar tanto dinero en componentes de última generación como GPU, CPU, RAM y unidades SSD si vas a limitar su rendimiento?

¿Cuál es la solución?, te preguntarás. Una mayor frecuencia de actualización. Esto significa comprar un monitor de 120 Hz, 144 Hz o 165 Hz. Estas pantallas pueden manejar hasta 165 fotogramas por segundo, lo que se traduce en una experiencia de juego mucho más fluida. Pasar de 60 Hz a 120 Hz, 144 Hz o 165 Hz supone una diferencia muy notable. Es algo que tienes que experimentar por ti mismo, y no puedes comprobarlo viendo un vídeo en una pantalla de 60 Hz.

La frecuencia de actualización adaptativa, sin embargo, es una tecnología de vanguardia que está ganando popularidad rápidamente. NVIDIA la denomina G-SYNC, mientras que AMD la llama FreeSync, pero el concepto básico es el mismo. Un monitor con G-SYNC consulta a la tarjeta gráfica sobre la velocidad de entrega de los fotogramas y ajusta la frecuencia de actualización en consecuencia. Esto elimina el tearing de pantalla a cualquier velocidad de fotogramas hasta la frecuencia de actualización máxima del monitor. NVIDIA cobra una elevada licencia por G-SYNC, lo que puede incrementar el precio del monitor en cientos de dólares. FreeSync, por otro lado, es una tecnología de código abierto de AMD y solo añade una pequeña cantidad al coste del monitor. En Perfect Display, instalamos FreeSync de serie en todos nuestros monitores gaming.

Lo que dicen los jugadores

Al ser consultados sobre monitores, todos los jugadores profesionales afirman utilizar un mínimo de 144 Hz en sus configuraciones. La capacidad de tener una frecuencia de actualización de pantalla más del doble de rápida que la de un monitor estándar permite a los jugadores reaccionar con mayor rapidez a los cambios en el juego y, además, reduce el desenfoque de movimiento, que puede causar distracciones al distorsionar las imágenes mostradas.

Al hablar de resolución, todos coinciden en que una frecuencia de actualización de 144 Hz (o superior) es solo uno de los factores importantes a la hora de elegir un monitor para juegos. Otro factor importante es la resolución. La resolución más popular entre los jugadores es 1080p, ya que permite obtener fácilmente una alta tasa de fotogramas y, por lo tanto, aprovechar al máximo la alta frecuencia de actualización.

Al comprar un nuevo monitor para juegos, también debes pensar a futuro. Si tu presupuesto lo permite, opta por una resolución de 1440p, ya que será una mejor inversión y podrás disfrutar de altas tasas de fotogramas. Una resolución de 1080p es adecuada para pantallas de 24 pulgadas. Para monitores de 27 a 35 pulgadas, lo ideal es 1440p, y para tamaños superiores, 4K UHD es la mejor opción.

 


Fecha de publicación: 16 de julio de 2020